Sábado por la tarde, 3: 25 cuando salían de la universidad Dominicana O&M, los estudiantes que están cursando el monográfico, mientras caía un fuerte aguacero.
Los
charcos de agua, el tapón de la independencia y las sombrillas de las mujeres
que no querían mojarse el pelo, era el panorama que se registraba en la zona,
mientras otras se hacían un tubi y colocaban gorritos plásticos sobre su
cabeza.
Ya dentro
del vagón que llego a la estación Centro de Los Héroes, para iniciar el
recorrido que nos llevaría hasta la estación Juan Pablo Duarte, para abordar la
segunda línea, con destino al kilómetro Nueve de la Autopista Duarte.
Lo peor de
todo era que la lluvia parecía caerme atrás, porque mientras más me acercaba a
mi destino final, las torrenciales aguas eran más fuertes, lo que me mantenía
preocupado, lo que para una señora que viajaba con unas botas de goma y una
capa de plástico parecía ser normal.
Ya a las
4: 40 minutos habíamos llegado a la estación María Montes, donde toco esperar
que campara un poco el agua, para poder salir y montarme en un carro de concho,
el cual me llevaría hasta la entrada de Los Alcarrizos, lugar donde resido.
A pesar
del aguacero que estaba cayendo y de las enfermedades respiratorias que
se han vuelto comunes en la mayoría de las personas, muchos la
desafiaban y salían a mojarse.
Cuando
logro salir de la estación del metro, me monto en un carro que tenía los
asientos mojado y para colmo un hoyo en el piso que salpicaba al que iba pegado
a la puerta izquierda y los cristales no pasaban de la mitad, los limpia-vidrios
no funcionaban.
Llegue a
mi casa a las 7PM de la noche que parecía un pollito mojado, culpa del
deterioro que tenía el carro Toyota Corola color dorado, modelo 84,
perteneciente a la Confederación Nacional del Transporte CONTRA.
Así fue el
trayecto de la universidad a mi casa, gracias a Dios, todo salió bien y pude
llegar a mi casa.
Hitler Ramón Peguero.
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